¿Cómo usar herramientas eléctricas con seguridad?
La potencia máxima del cuerpo humano ronda los 150 W. Las herramientas eléctricas superan esa magnitud con suma facilidad. Un taladro doméstico, por ejemplo, es entre cuatro y cinco veces más potente. Radiales y martillos grandes la pueden multiplicar por diez. Y no faltan máquinas que absorben de la red eléctrica potencias del orden de 2500 W.
Más potencia se traduce en más trabajo por unidad de tiempo. Pero, en la medida en que las herramientas eléctricas son más rápidas que las herramientas manuales, conllevan también más riesgos; es preciso, pues, aprender a usarlas con seguridad.
Introducción y propósito de esta guía
Este texto no se centra en ninguna herramienta eléctrica en concreto. Antes bien, su propósito es abordar medidas de seguridad generales que se aplican al uso de todo tipo de máquinas portátiles alimentadas por electricidad.
Conviene aclarar que en esta guía se consideran:
- herramientas eléctricas con conexión a la red y
- herramientas eléctricas sin conexión a la red (es decir, alimentadas por batería y, por tanto, sin cable)
Consideraciones eléctricas
Entre los peligros asociados al uso de herramientas eléctricas se cuentan, de entrada, los efectos de la energía eléctrica sobre el cuerpo humano. Hay que considerar, por otra parte, los riesgos mecánicos y el riesgo de incendio. Este último casi siempre aparece relacionado con chispas y energía calorífica de origen eléctrico.
Resistencia eléctrica del cuerpo humano
Se estima que la resistencia eléctrica del organismo tiene un valor mínimo de 500 Ω, un máximo de 3000 Ω y un promedio de 2500 Ω según el REBT. Son muchas las variables que influyen, a saber: edad, sexo, tensión aplicada —es decir, voltaje—, presión de contacto o grado de humedad.
De manera especial nos interesa la humedad, pues cuanto menos seca está la piel, mayor es el riesgo de sufrir una descarga. Por todo lo dicho se colige que el lugar de trabajo y la seguridad de la propia instalación eléctrica son actores con un papel crucial en el asunto que nos ocupa.
Lugar de trabajo e instalación eléctrica
Así pues, para empezar, las herramientas eléctricas no se deben usar en entornos explosivos ni en presencia de gases ni en lugares con combustibles (líquidos o en polvo), ya que las chispas que despide el motor pueden inflamar los vapores o el propio material.
En segundo lugar, la herramienta eléctrica se debe conectar a una toma protegida por un interruptor diferencial (ID). Dicho dispositivo, presente en el cuadro eléctrico de viviendas y obras, minimiza el riesgo de sufrir una descarga eléctrica. Sobre todo al trabajar en ambientes húmedos.
En tercer lugar, cabe preguntarse por las medidas que se han de tomar en consideración al trabajar a la intemperie con herramientas eléctricas. Si se usan cables de prolongación, serán apropiados para el uso en exterior. De igual modo, hay que evitar exponer la máquina a la lluvia y, en todo caso, asegurarse de que no entran líquidos en su interior.
Cable, enchufe, prolongador eléctrico y toma de tierra
En cuarto lugar, siempre que se utilicen alargadores eléctricos en rollo, se tendrá en cuenta la potencia máxima que soportan. Conviene saber que si el cable no se desenrolla por completo, los vatios admisibles son muy inferiores.
En quinto lugar, las herramientas eléctricas no deben transportarse ni colgarse del cable de red. Tampoco se debe tirar de él para desconectarlo de la toma. Se evitará asimismo retorcer el cable (por cuanto un cable dañado puede ser causa de incendio o descarga eléctrica).
Ante todo, y en último lugar, es vital respetar el enchufe y conectarlo a una toma apropiada, con toma de tierra si la herramienta eléctrica así lo requiere. Veáse al respecto la clase de aislamiento del aparato.
Consideraciones físicas y mecánicas
Pero dejemos a un lado los peligros de la electricidad para hacer hincapié en la repercusión de esa potencia extra en accidentes con herramientas eléctricas. Como ya se ha dicho, desempeñar el mismo trabajo en menos tiempo pasa por hacerlo más rápido. ¿Y eso no es una tautología? ¡No si nos sirve para reflexionar sobre la velocidad y la inercia!
Para ilustrar lo anterior, ¿qué tal si ponemos algunos unos ejemplos? Preguntémonos por las posibles consecuencias de un accidente con un serrucho manual de carpintero y una sierra circular eléctrica. Para el mismo tiempo de reacción —algo que depende de la persona y no de la herramienta—, los efectos en potencia de esta última son ciertamente más nefastos, dada la velocidad y la inercia del disco de corte.
Otro accidente del que no nos cansamos de hablar es el n.º 55 de BINVAC. Una vez más, la velocidad está involucrada de manera evidente: sería difícil imaginar que se la amputación de la falange del dedo hubiera tenido lugar si en vez de un taladro eléctrico se hubiera usado un taladro de manivela o un berbiquí, herramientas manuales cuya velocidad y fuerza de giro depende de los músculos del usuario.
Pero hay más. ¡Vamos al caso!
¡No te dejes las llaves puestas!
Antes de poner en marcha cualquier tipo de máquina, hay que comprobar que no se deja puesta por descuido la llave usada para ajustar el accesorio. Sobra decirlo: al accionar el motor de herramientas rotativas, la pieza puede salir disparada con violencia y causar lesiones. Hablamos, por ejemplo, de la llave de la radial o el taladro.
¡Cuidado con el accesorio, que quema!
La broca puede estar muy caliente después de taladrar un pieza. Lo mismo sucede con las hojas de la sierra caladora, el cincel de un martillo percutor, la boquilla de una pistola decapadora de calor, etc.
Por tanto, se debe poner a toda costa mucho cuidado para no tocar el accesorio al detener la máquina. Como es evidente, se espera a que se enfríe antes de cambiarlo.
Evitar la puesta en marcha fortuita
Toda cautela es poca para evitar que la herramienta eléctrica arranque de improviso:
- antes de manipular el accesorio se desconecta la herramienta de la red (se quita la batería si se trata de una herramienta sin cable);
- si hay un apagón, y la máquina no cuenta con protección contra el rearme, se lleva el gatillo a la posición de apagado. Así no arrancará por sí sola cuando vuelva la luz.
Prevenir el atrapamiento
El riesgo de atrapamiento se da siempre que se trabaja con piezas en movimiento. Para evitarlo, se debe llevar vestimenta adecuada; por ejemplo, la ropa no debe quedar suelta. ¿Y se tiene pelo largo? ¡Será preciso recogerlo! Tampoco se deben llevar encima joyas, cadenas, pulseras, etc., que puedan ser atrapados y arrastrados por el motor de la máquina.
No forzar la postura
Cerramos esta sección con unas palabras sobre la postura. La postura corporal no debe forzarse y hay que evitar posturas arriesgadas, como estirarse fuera de la vertical de una escalera. Asimismo, la herramienta de trabajo se usará con arreglo a las instrucciones del fabricante; por ejemplo: no se debe seleccionar un disco de corte para desbaste (por riesgo de rotura).
EPI para usar con seguridad herramientas eléctricas
La proyección violenta de partículas, ya sea de la pieza de trabajo, ya sea de la herramienta de corte, obliga a ponerse gafas de seguridad o pantalla de protección facial. La exposición a ruidos fuertes, por su parte, puede causar pérdida de audición, de ahí la necesidad de usar protectores para los oídos cuando la intensidad acústica supere los 80 dB (A).
Por otro lado, ciertos materiales contienen sustancias nocivas para la salud y químicos tóxicos. Para evitar su inhalación al cortar, taladrar o desbastar piezas de esta naturaleza, se recurre a la protección respiratoria (mascarillas). El contacto con la piel se previene por medio de ropa de protección, buzos, guantes, etc.
Y hablando de guantes... Hay que poner de relieve que no sirve un guante cualquiera. Se debe usar el guante apropiado y ningún tipo de guante si dicho EPI esté contraindicado, por ejemplo, porque exista riesgo de atrapamiento. Los guantes de protección para el uso de herramientas eléctricas serán, sobre todo, los guantes contra riesgos mecánicos y los guantes contra riesgos térmicos.
Cabe también mencionar el casco y el calzado de seguridad con suela antideslizante. Se utilizarán siempre que así lo indique el manual de instrucciones de la herramienta eléctrica o el análisis de prevención de riesgos laborales.
La importancia del mantenimiento de las herramientas eléctricas
En herramientas de corte —como sierras, fresadoras y taladros—, es vital mantener el útil afilado. Hojas, fresas y brocas cortan mejor cuando están afiladas y resultan más fáciles de guiar. Por el contrario, un accesorio mal afilado supone un mayor esfuerzo, lo que puede llevar a perder el control de la máquina.
De igual modo, es de capital importancia mantener limpias y libres de grasa la carcasa de la herramienta y su empuñadura. Además de facilitar el agarre, ello puede alargar la vida útil de la máquina (por ejemplo, el polvo puede obstruir las ranuras de ventilación y dañar las partes eléctricas del motor).
Se debe comprobar también el centrado, la alineación y la holgura de las piezas móviles para evitar un exceso de vibraciones. Las partes se deben deslizar con suavidad sin ocasionar sacudidas. Para evitar dañar el motor o los rodamientos de forma prematura, es crucial no sobrecargar la herramienta eléctrica.
Como punto final a esta guía, incluimos una breve sección con varias observaciones generales de seguridad.
Observaciones generales de seguridad
Sujeción de la herramienta y la pieza de trabajo
La pieza se debe asegurar en mesas de trabajo, borriquetas, tornillo de banco, etc., de manera que ambas manos queden libres para la sujeción de la herramienta eléctrica. Para ello se pueden usar sargentos, mordazas, pinzas, ces de apriete, etc.
En efecto, el taladro y la radial resultan más fáciles de controlar cuando se sujetan firmemente con los dos brazos. Eso permite hacer frente a una reacción brusca de la máquina con más garantías. Además, usar la empuñadura auxiliar evita a un tiempo golpes y cortes en la mano libre en caso de perder el control de la herramienta.
No desmontar los mecanismos de seguridad
Si bien es cierto que los escudos de amoladoras, cubrediscos, caperuzas antipolvo, etc., pueden entorpecer la tarea, nunca se deben desmontar, pues son mecanismos de seguridad. En vez de ello se buscará otra forma de llevar a efecto el trabajo, ya sea con una herramienta más grande, por medio de otros procedimientos, etc.
Esperar a que se detenga la máquina antes de soltarla
Si la herramienta no tiene freno eléctrico, se ha de esperar a que se detenga el cabezal antes de ponerla en el suelo.
Evitar tocar partes metálicas de la herramienta
Aun en el caso de que la clase de aislamiento de la máquina sea del tipo que permite su uso en enchufes sin toma de tierra, las partes metálicas de la herramienta puede quedar electrificadas al tocar por accidente hilos que conducen corriente. Por ejemplo, es preferible no coger el taladro por la caja reductora, pues suele ser metálica.
Más allá de la seguridad, nunca está de mas usar un detector de cables y tuberías, si se sospecha de su presencia, para evitar averías eléctricas, inundaciones, etc.
Hacer uso del sentido común
Por ir acabando, no se usarán herramientas, ni eléctricas ni manuales, si se percibe cansancio o si está bajo la acción de medicamentos, drogas, alcohol, etc. Tampoco ante la presencia de niños o animales en el lugar de trabajo, a fin de evitar distracciones. Aun a riesgo de aburrir al personal, hay que insistir: se debe poner en todo momento la máxima atención en lo que se hace.
Por supuesto, antes de usar ninguna herramienta se debe verificar y rechazar su uso si se encuentra en mal estado. El accesorio se escogerá según la tarea, las condiciones de trabajo y las indicaciones del fabricante. De igual modo, si el lugar de trabajo está bien iluminado, y se mantiene limpio, ¡y en orden!, el riesgo de accidente se reduce.
Leer el manual de instrucciones de la herramienta
Por último, ya para concluir y aunque sabemos que es pecar de obvios, hay que leer antes que nada el manual de instrucciones de la herramienta eléctrica. El documento contendrá, más allá de las medidas generales, las advertencias de seguridad aplicables al tipo de máquina en cuestión.