Las mejores herramientas para sacar clavos
Un clavo saca otro clavo. Eso decía Marco Tulio Cicerón. Pero eran otros tiempos... Si intuyes que hoy hay herramientas mejores para sacar clavos, pues estas en lo cierto. De ellas te hablo en esta breve guía. Pero déjame contarte algo antes. ¡Prometo no aburrir!
Recomendación
A modo de introducción, el clavo y las máquinas simples
Los clavos unen tablas por simple fricción. Lo mismo da si lo clavas con clavadoras neumáticas o martillos de uña: su cuerpo, en forma de cuña, separa las fibras al penetrar en la madera.
Como resultado de ese desplazamiento, y salvo que astilles la madera, el material se comprime. Por tanto, un clavo no es sino una cuña que se mantiene fija por la presión. ¡Así es como funciona un clavo!
Pues bien: la cuña es una máquina simple. A su vez, las herramientas para sacar clavos derivan de la palanca, otra de las seis máquinas simples clásicas.
¿Y a qué viene este rollo? Muy sencillo. El esfuerzo aplicado y los brazos de la palanca determinan la fuerza vencida. En consecuencia, la resistencia del clavo es la variable decisiva para elegir la mejor herramienta con que sacarlo.
¡Y ahora vamos al caso!
El clavo grande es más difícil de extraer que el pequeño
Sobra decir que cuanta más superficie de metal en contacto con la madera, más difícil es sacar el clavo. Lo mismo pasa con las puntas oxidadadas o, peor, estriadas. Unas y otras son rugosas: producen más fricción.
Por otro lado, si intuyes que de igual modo la madera sana oprime los clavos con más fuerza que la dañada por la intemperie o los insectos comemadera (es decir, los xilófagos), pues has dado en el clavo... Pero ¡basta de cháchara!
Herramientas para sacar clavos
Pst, clica en el nombre de cada herramienta si quieres comprar alguna de ellas.
Barra de garra mediana
He aquí la primera herramienta para quitar clavos: una barra de garra mediana. Esta palanqueta en acero forjado tiene dos bocas pulidas con sendas ranuras en V que podrás deslizar bajo la cabeza del clavo. Mide 25-30 cm de largo.
Usa el extremo recto para levantar y sacar puntas (clavos cortos). O utiliza el extremo en ángulo para extraer clavos largos.
Tenaza para sacar clavos
La tenaza para sacar clavos, en segundo lugar, te permite agarrar el cuerpo del clavo con los filos. Haz palanca con la zona curva de las mandíbulas hasta liberarlo. Pero pon una cartulina bajo la curva de la boca antes de apalancar, así evitarás dañar la madera.
Al revés que la tenaza rusa —usada para cortar alambre—, la tenaza de carpintero es más corta y tiene una horquilla en la base de uno de los mangos. Sirve, claro, para levantar la cabeza del clavo. Por sus aristas de corte frontales, es una herramienta óptima para sacar clavos de acabado muy pequeños.
Minibarra plana
En tercer lugar, vamos con una herramienta para sacar clavos aún más pequeña que la anterior: la minibarra plana.
Con el perfil de la pata de cabra, herramienta que enseguida veremos, y de un palmo de largo, esta pequeña palanqueta es ideal para quitar jambas, rodapiés o molduras.
A propósito, gracias a sus uñas afiladas y a su cuerpo robusto, dejarás de usar paletas de albañil, espátulas o destornilladores para abrir los botes de pintura. Este útil es más apropiado para ello. Además, no ocupa lugar en tu caja de herramientas.
Martillo de carpintero
Por otra parte, es fácil doblar un clavo si al golpearlo la cara del martillo no está paralela a su cabeza. Nada mejor que el propio martillo, en cuarto lugar, para sacar un clavo a medio meter.
¿Y por qué no enderezar el clavo en vez de sustituirlo? Primero, porque es muy posible que se vuelva a doblar por el mismo sitio. Segundo, porque podría dañar la madera, salirse de la tabla o, peor, quedar incrustado de lado, lo que te impedirá usar el botador para ocultarlo.
El martillo de uña recta es más eficaz para sacar clavos largos que el de uña curva. Sin embargo, puedes poner una madera bajo la cabeza del martillo para hacer más palanca (y, de paso, evitar dañar la superficie).
Pata de cabra
Y, por último, la herramienta más potente para sacar clavos: la pata de cabra. En acero forjado, de 50 cm a 120 cm de largo: la barra de desencofrar es útil para desmontar palés y un útil imprescindible en trabajos de demolición.
Introduce la parte recta de la pata de cabra entre tabla y tabla para separarlas. Luego usa la parte curva para sacar los clavos. Una vez deslices la ranura en V de la herramienta bajo su cabeza... ¡no habrá clavo que se te resista!