Destornilladores y tornillos Robertson
Peter Lymburner Robertson tenía un nuevo invento entre manos a principios del s. xx. Esta vez, una herramienta semiautomática con muelle similar a un destornillador de trinquete. Pero no hay rosas sin espinas... Al presentarla, la punta del destornillador resbaló de la ranura del tornillo y le cortó la mano.
Como no hay mal que por bien no venga, y según cuenta la leyenda, Robertson decidió entonces diseñar un tornillo más seguro que el de ranura recta. Vieron así la luz (1) el tornillo de cabeza cuadrada interior y (2) el destornillador Robertson.
Ventajas de los destornilladores Robertson
Pongamos que resbala un destornillador plano. La punta afilada puede dañar los dedos que sujetan el tornillo, o bien arañar la madera o el metal. Sí, marcar el material se achaca a un defecto del tornillo de ranura recta, intencionado para quienes lo consideran invento del mismo Satanás...
Así pues, una primera ventaja de los destornilladores Robertson es que no resbalan en el hueco del tornillo. Además, al igual que los destornilladores de ranuras en cruz Phillips/Pozidrive, las llaves Torx (estrella hexalobular) o las Allen (hexagonales), se centran automáticamente en la ranura.
En segundo lugar, los tornillos de cabeza cuadrada soportan mayor par de apriete que los de estrella Phillips (PH), ya que no se salen del hueco por recibir una gran fuerza de torsión. Además, una punta de atornillar Robertson no necesita imán para mantener el tornillo en un destornillador puesto en horizontal. Ni siquiera si se zarandea.
En tercer lugar, los destornilladores Robertson son rápidos y fáciles de usar con una sola mano. Henry Ford intentó comprar —sin éxito— una licencia exclusiva del tornillo Robertson cuando comprobó que reducían la mano de obra en dos horas por coche. Por cierto, hacían falta más de 700 tornillos Robertson para montar un Ford T.
Los tamaños de puntas de cabeza cuadrada
Existen seis tamaños de destornilladores Robertson según las medidas del hueco del tornillo. Las puntas #1, #2 y #3 son las más comunes. Además, algunos fabricantes de destornilladores identifican los tamaños según un código de colores.
Número de punta Robertson | Color | Medida aproximado de lado del cuadrado |
---|---|---|
#00 | Naranja | 1.3 mm |
#0 | Amarillo | 1.8 mm |
#1 | Verde | 2.3 mm |
#2 | Rojo | 2.8 mm |
#3 | Negro | 3.3 mm |
#4 | Marrón | 4.8 mm |
Se puede apreciar en los dibujos de la patente de 1909 que tanto la cabeza de la punta de atornillar como la ranura del tornillo son algo cónicas. De resultas del accidente sufrido en Montreal por P. L. Robertson, el destornillador deja la mano auxiliar libre. En efecto: sujeta por sí solo el tornillo. ¡Incluso bocabajo!
Para qué sirven los destornilladores Robertson
Sabemos que los tornillos Robertson son en muchos aspectos superiores a los Phillips e infinitamente mejores que los de ranura recta. La pregunta es ¿por qué no está más extendido su uso?
En realidad, los destornilladores Robertson son muy populares en las ferreterías de Canadá. También son muy usados, por sus virtudes, en carpintería, por ejemplo, en las guías para ensamblar con tornillo oculto.
A menudo se culpa a los tornillos Phillips de comerse la porción de tarta de los Robertson. La razón no sería otra que un defecto que, superado cierto par de apriete, expulsa la punta fuera de la cabeza. Los fabricantes de automóviles consideraron virtud la pega, ya que impedía sobreapretar o pasar de rosca el tornillo.
Comprar destornilladores Robertson
Los tornillos de ranura cuadrada son poco comunes en Europa, así que comprar un juego completo de destornilladores Robertson quizá no sea buena idea. En su lugar, mejor adquirir un destornillador suelto de la medida necesaria.
Los destornilladores de la serie 368 de Wera, por ejemplo, tienen mangos ergonómicos multicomponente con anillo hexagonal que impide rodar a la herramienta. El tamaño es fácil de identificar por el color del mango (ver tabla superior) y la impresión en la base. Además, la punta esta fosfatada contra la corrosión.
Marca y modelo | Punta | Largo de la varilla | Comprar |
---|---|---|---|
Wera 368 | #1 | 80 mm | Comprar |
Wera 368 | #1 | 200 mm | Comprar |
Wera 368 | #2 | 100 mm | Comprar |
Wera 368 | #2 | 200 mm | Comprar |
Wera 368 | #2 | 300 mm | Comprar |
Wera 368 | #3 | 150 mm | Comprar |
Wera 368 | #4 | 200 mm | Comprar |
Colofón
Peter Lymburner Robertson nació en 1879 en Ontario. Aunque a él se le atribuye el tornillo de cabeza hueca cuadrada, este ya existía al menos desde 1875, fecha de la patente de Allan Cummings.
El tornillo de Cummings no tuvo éxito, sin embargo, ya que fabricarlo no era fácil. Sí lo tuvo el de Robertson, gracias a una eficiente técnica de conformado en frío (deformación del metal por debajo del punto de recristalización, a menudo a temperatura ambiente).
Pese a las dificultades financieras, y con la Gran Depresión por medio, el inventor e industrial canadiense puso en marcha la empresa Robertson Screw Company, la cual dirigió hasta su muerte (1951). Contaba con 500 trabajadores a finales de la Segunda Guerra Mundial.