Tipos de herrajes para cuadros
Taladrar o no taladrar; he aquí la cuestión. Pero decidir qué pieza poner en la pared a la hora de colgar un cuadro representa solo la mitad del dilema. De igual importancia es el herraje del propio marco, pues, como vas a ver, influye en un sinfín de aspectos.
¡Así que manos a la obra! Hablemos de los tipos de herrajes para colgar cuadros.
A modo de introducción, ¿cómo se elige el herraje de un cuadro?
Son muchas las variables que debes tener en cuenta al elegir herrajes para colgar tus cuadros. Es esencial, de entrada, el tamaño y el peso del marco. Así como la alcayata y el taco de pared tienen que soportar la carga, lo mismo puede decirse de los hierros que se atornillan a la madera.
En segundo lugar, ¿cuán separado quieres dejar el cuadro de la pared? Si tu idea es que quede pegado a ella por completo, ello requiere por lo general de un extra de industria. La cosa resulta más sencilla, en cambio, si la holgura no es algo que te preocupe.
Y por último, pero no menos relevante, es vital que sepas cómo afecta el tipo de herraje al proceso de instalación. Ciertos sistemas te van a permitir mover el cuadro hacia los lados o, incluso, regular unos milímetros su altura, mientras que otros son inflexibles: te obligan a marcar los taladros con total precisión.
Tipos de herrajes estándar para cuadros
Aclarado lo anterior, sin más rodeos te muestro los principales tipos de herrajes para cuadros y te señalo los pros y los contras de cada uno.
Ajustable en diente de sierra
El ajustable en diente de sierra es uno de los herrajes más fáciles de usar. Consiste en una pletina de metal —en general de acero pintado, galvanizado o latonado— plegada en U. La chapita se atornilla al marco sin más, por medio de dos tornillos pequeños.
Una de las mayores ventajas de este colgador es que, si tu cuadro precisa más de un herraje, te da cierto margen de libertad a la hora de taladrar. Por ejemplo, el herraje que ves bajo estas líneas mide de ancho 45 mm (su altura es de 8 mm), lo que se traduce en unos 20 mm de juego en la parte central: 10 mm a cada lado de la alcayata.
En cuanto a los contras del herraje ancho de diente de sierra, hay que decir que no es apto para cuadros muy pesados. En efecto, aunque la sección que descansa sobre la alcayata es considerable, no se puede decir lo mismo del área que rodea los tornillos.
Anilla en D
Otra de los hierros más usados para colgar cuadros es la anilla en D. Consta de una argolla, abatible sobre un soporte de chapa que se fija a la madera con un solo tornillo. El herraje mostrado abajo mide 25×14 mm. Los 14 mm corresponden al ancho de la argolla, cuya altura es de 10 mm.
¿Cuáles son los pros y los contras de este herraje? Una de sus ventajas es que es muy rápido de instalar, pues solo precisa un tornillo. Además, puesto que el aro de metal es plegable, el cuadro queda muy pegado a la pared. ¿Una desventaja? Requiere más precisión al taladrar.
En todo caso, este herraje, como el anterior, solo está indicado para cuadros pequeños y medianos. Dicho eso, existen kits de colgadores (por ejemplo, este juego de 68 piezas) con variantes más resistentes, en las que la argolla es de mayor calibre y el soporte presenta dos o tres agujeros para la tornillería. A propósito, el anillo no siempre es redondo: a veces es triangular.
Pero aparquemos los herrajes sencillos. ¿Qué tal si vemos una opción para cuadros de más entidad?
Colgador entrelazado
El colgador entrelazado es un ingenioso herraje para cuadros. Lo forman dos piezas iguales. Una se pone boca abajo en el marco; la otra sustituye a la alcayata y se coloca boca arriba y volteada en la pared.
Como es evidente, el herraje entrelazado sí requiere precisión. A cambio, ofrece una sujeción eficaz de cuadros más grandes y pesados, sin dejar el marco muy retirado de la pared. El colgador mostrado mide 44 mm de ancho por 19 mm de alto; el espesor de la pletina es de 2 mm.
Por cierto, este tipo de herraje también te sirve para colgar armarios y cabeceros de cama. En todo caso, si tu propósito es colgar La batalla de Gettysburg en tu salón... ¡olvídalo! ¡Busca en su lugar un colgador de más sustancia!
¡Hasta aquí los elementos más comunes para colgar cuadros! Hay que reconocer que todos estos materiales dejan algo de separación entre el marco y la pared. Ahora bien, ¿te da la impresión de que en dicho espacio puedes colgar un carricoche de bebé de tres piezas?
Pues dos cosas al respecto. Primera: eso es claro síntoma de holgurafobia; aunque no es una fobia menor, se puede tratar. Segunda: nada te impide —con algo más de trabajo— dejar el cuadro tan pegado a la pared como un tablero de parchís a una mesa de cristal. ¿Te cuento cómo hacerlo?
Tipos de herrajes de embutir para pegar el cuadro a la pared
Fijar un cuadro de forma que quede por completo pegado a la pared no es difícil. Pero tiene su intríngulis. Hablamos, claro está, de una fijación mecánica. ¡No vale usar cinta de doble cara!
La cosa es mucho más simple en los armarios de cocina por cuanto la grapa que sujeta la escuadra a la pared se atornilla desde el interior del mueble. Está claro que con los cuadros no se puede emplear dicha técnica; pero la idea es la misma. A saber: herraje y alcayata han de quedar en el interior del marco, ya sea en la propia madera, ya sea entre la trasera y el yeso.
Pues venga, vamos al lío. Que tampoco hay que echar los hígados.
Colgador redondo de embutir de ojo de cerradura
La primera opción para obrar el milagro consiste en usar un colgador de embutir de ojo de cerradura. Ya sabes... la típica geometría que presentan los agujeros de colgar el router y otros aparatos electrónicos. Como muestra, he aquí un colgador circular de ø 25 mm:
La cosa es como sigue:
- Embute primero sendos colgadores de cerradura en las molduras laterales del marco (muy importante, aunque esté de más decirlo: a la misma altura).
- El rebaje para el herraje lo puedes llevar a cabo con una broca Forstner (fresa especial para hacer agujeros de fondo plano en madera).
- Rebaja el marco lo justo para absorber el espesor de la chapa, alrededor de 1 o 2 mm (según el herraje).
- Con el herraje en su hueco (la parte estrecha hacia arriba), pero sin atornillarlo aún, marca con un lápiz el contorno de la cerradura.
- Vacía con una broca helicoidal para madera el alojamiento para la cabeza del tornillo de la pared.
- Ahora sí, atornilla el colgador.
- Marca la pared con un nivel de burbuja, taladra y pon tacos y tornillos.
- Ajusta ahora el largo de los tornillos de forma que sus cabezas entren dentro de los herrajes y la chapa de estos descanse en la rosca del tornillo, de esta forma, el dorso del marco se queda completamente pegado a la pared.
- Sírvete algo frío para celebrar la hazaña.
Colgador ovalado de ojo de cerradura
En penúltimo lugar, ¿qué herraje usar si el cuadro que quieres colgar tiene un tamaño próximo al de la obra de Philippoteaux? Considera, por ejemplo, alguna de las variaciones del herraje redondo de embutir, como este colgador ovalado de 45×14 mm:
La ventaja del colgador mostrado es que sus orificios están más separados entre sí (y también más lejos del rebaje de cerradura) que aquellos del botón circular. Al mismo tiempo las perforaciones (avellanadas) son más grandes y, en consecuencia, podrás usar tornillos más gruesos para anclar la chapa a la madera.
A todo esto, existen variantes de superficie del colgador que nos ocupa en cuyos pliegues en V se aloja la cabeza del tornillo. Como es evidente, con este sistema el marco sí queda (poco) separado de la pared, pero te ahorras el embutido. ¡Ahí queda eso!
¿Y si no tienes broca Forstner? Los rebajes para este tipo de herraje y para el anterior los puedes practicar con formón y maza de madera.
Gancho en Z para marcos de fotos
El gancho en Z nos sirve como punto final a este artículo. Este herraje representa lo opuesto al anterior: se trata de una solución para cuadros muy livianos, por ejemplo, marcos para fotos pequeñas.
El colgador en forma de Z que ves bajo este párrafo mide 14 mm de ancho por 17 mm de alto. En uno de los extremos, una pestaña permite sujetarlo a modo de pinza en la trasera del marco. La escarpia o el colgador de la pared encaja en la extremidad opuesta, plegada y perforada. Así pues, este sistema también te sirve para dejar este tipo de marcos pegados al yeso.
Resumen y conclusión
Esta guía de tipos de herrajes para cuadros quedaría incompleta sin dedicar unas palabras a la célebre hembrilla. También llamadas cáncamos o argollas, las hembrillas roscadas constituyen otro de los hierros tradicionalmente usados para colgar pinturas, lienzos, marcos de fotos y tantos otros objetos de decoración en paredes...
Dicho elemento se rosca en la madera y se hace descansar sobre su homóloga en la pared, esto es, la alcayata, o escarpia. Para cuadros más pesados, cabe la opción de trenzar y tensar un alambre enganchado a sendos cáncamos en los lados del cuadro.
No obstante lo dicho, un inconveniente de las hembrillas es que dejan un espacio considerable entre la trasera y la pared. El alambre, por su parte, no ayuda a la hora de colgar varios cuadros a la misma altura.
Como remedio a ello, considera los tipos de herrajes propuestos. Tornillos tirafondos, un puñado de tacos, alcayatas, los propios colgadores y un taladro inalámbrico con percutor bastan para llevar a cabo las tareas descritas. Si necesitas información sobre dicha herramienta, aquí te muestro varios de los mejores taladros de batería y aquí te ayudo a elegirlo.
Artículo recomendado: ¿Cómo colgar un cuadro sin taladrar la pared?.