Breve historia del destornillador. El origen del giratornillos
Pongamos que te obligan a devanarte los sesos con una de esas hipótesis absurdas formada por el verbo llevar y la expresión a una isla desierta. Esta vez se trata de herramientas de bricolaje. Tres, el número. ¿Cuáles elegir?
Vale que no se naufraga todos los días. Tampoco se espera al navegar que el barco zozobre. Pero, ¡qué demonios!, el pesado insiste con lo de la isla desierta como Procusto con su lecho. No hay salvavidas que valga. Te vas a pique. Toca responder.
Bueno, vamos a aparcar por el momento las otras dos herramientas... Pero ¿un destornillador? ¡Esa, sí! Indubitablemente. ¡Conozcamos, entonces, su historia!
El origen del destornillador
Las primeras referencias de la herramienta que nos ocupa aparecen en escritos medievales. Así, tenemos en francés el tournevis o 'giratornillos'. Y si acudimos a la lengua vernácula de Robert Bosch, hallamos en ella el utensilio Schraubenzieher, que significa 'apretador de tornillos'. En cualquier caso, el manuscrito más antiguo en que aparece este instrumento data de 1475-1490. Por tanto, el destornillador se inventó probablemente en el siglo XV.
Plano, plano. ¡Por supuesto que plano! El primer destornillador tuvo pala plana. Bueno estaría que hubiese sido de estrella. De hecho, transcurrirán cuatro siglos antes de desarrollar la tornillería de ranuras en cruz Phillips y Pozidriv, la Allen, la Torx o la Robertson; desde luego, el que la gente del momento llevaba en su caja de herramientas no era sino el destornillador común para tornillos de ranura recta.
Antes de ahondar en la historia que nos entretiene, conviene hacer un inciso. Tanto el juego de destornilladores como el de llaves fijas, ambas herramientas importantes para poner y quitar tornillos, son, en realidad, útiles muy recientes.
En efecto, nada tienen que ver la llave o el destornillador con el hacha, y no digamos el martillo: ambos datan del Paleolítico, luego son herramientas prehistóricas. A propósito, según creen algunos historiadores, los cavernícolas fabricaron con hueso los primeros clavos de la historia. Vamos, el paleoclavo. ¿Los pondrían en cajitas de cartón?
Los primeros tornillos de ranura plana
De vuelta al Medievo, aparte de para torturar pulgares, ¿para qué usaban en esa época los tornillos? Fabricados en tornos primitivos, los tornillos prestaron servicio al asegurar ciertas partes de las armaduras. Sirvieron además para fijar la llave de mecha del arcabuz, una antigua arma de fuego.
Claro es que el propio destornillador sirve a la vez como arma blanca. Pero es poco probable que fuese usado como tal durante la Baja Edad Media.
Así que retomemos las armas de fuego. La industria armera sustituyo la llave de mecha por la llave de rueda, tecnología que posibilitó encender automáticamente la pólvora. ¿Cómo? La chispa que enciende la pólvora de la cazoleta proviene del roce de una rueda de acero contra un trozo de pirita.
Sin embargo, el sulfuroso mineral había de sustituirse a menudo. ¿Y con qué se aseguraba la mandíbula de sujeción de la pirita? ¡Pues con tornillos! Aunque este hecho llevó a un refinamiento del destornillador; la cabeza del tornillo, que no tirafondo, continuó siendo plana.
400 años más tarde, chispas y tornillos se vuelven a encontrar en el desarrollo del taladro eléctrico.
Se desarrolla el destornillador eléctrico
Entre los distintos tipos de taladros eléctricos, destacan el taladro atornillador de batería, cuyo origen se remonta al primer taladro eléctrico con cable, desarollado por Arthur Arnot en 1889. Seis años después los hermanos Fein construyen el primer taladro portátil.
En 1917, Samuel Black y Alonzo Decker, inspirándose en una pistola automática Colt .45, introducen en la herramienta eléctrica el gatillo, usado entonces para cortar el paso de electricidad al motor y hoy, en muchos modelos, para ajustar la intensidad de corriente y, por tanto, la velocidad de giro del portaherramientas.
La propia Black & Decker presenta cuatro décadas después el primer taladro de batería. Que distaba, eso sí, mucho del destornillador eléctrico actual, pues carecía de velocidad variable por caja de engranaje, embrague mecánico y baterías reemplazables.
Mister Phillips inventa el destornillador de estrella
Para quitar un tornillo de ranura plana, es preciso centrar en ella la pala del destornillador. No es ningún secreto. Pero ¿y si se da más profundidad al rebaje de la cabeza? ¿Y si se talla una segunda hendidura que cruce el canal? ¡Ah, la cosa cambia!
En 1936, el empresario americano Henry F. Phillips inventó el tornillo de ranuras cruzadas, llamado a menudo tornillo de estrella. Tornillo y destornillador llevan su apellido y presentan dos ventajas: centrado automático y mejor transmisión del par de apriete.
Pero el tornillo Phillips aportaba otro beneficio: resultaba idóneo para los destornilladores automáticos, empleados en la cadena de producción. La razón de ello es que, superado cierto umbral de torsión, la punta resbalaba en su cabeza. Así, aunque el operario contase con poca experiencia, el tornillo no se pasaba de rosca.
A modo de colofón
Quien más, quien menos dimos nuestros primeros pasos en bricolaje aprendiendo a usar bien el destornillador. No en vano, el giratornillos es una herramienta manual que lleva entre nosotros nada menos que cinco siglos. ¡Ahí es nada!
Y ahora que sabes un poco más sobre la historia y la evolución del destornillador, llega tu turno. Te toca seleccionar qué otros dos útiles acompañan al destornillador al hundimiento. ¿Qué incluir en esa precaria caja de herramientas para la isla desierta? ¿Llave inglesa? ¿Alicate? ¿Martillo? Esperamos tu respuesta con avidez.