El inconveniente del destornillador eléctrico con baterías integradas
El taladro eléctrico de batería vino al mundo con la batería integrada. Pronto se vio la desventaja que eso suponía. Y, así, poco después de 1961, fecha en que Black & Decker lanza el primer taladro eléctrico sin cable —por cierto, una herramienta alimentado por celdas recargables Ni-Cad—, empiezan a llegar los modelos con batería extraíble. Si bien hoy esa es la tendencia en taladros, sucede lo opuesto en pequeños destornilladores.
En efecto, no es ningún secreto que los atornilladores eléctricos de mano no suelen disponer de batería extraíble. La herramienta se recarga desde un puerto, unas veces redondo y otras USB. Este último, dicho sea de paso, tiene tres ventajas:
Primera: es más que conveniente poder cargar el destornillador con los mismos cacharros con que se recarga el móvil. Segunda: en tanto en cuanto el fabricante no tiene que incluir con ella un transformador, se abarata el coste de la herramienta. Tercera: menos basura electrónica en el planeta.
Sin embargo, es bien sabido que toda batería, y las baterías de litio no son la excepción, tiene un número limitado de ciclos de carga. Al final de su vida útil tu macanudo destornillador eléctrico queda convertido en pisapapeles. ¡Salvo que te tomes la molestia de abrirlo y sustituir la celda! Algo que no es difícil, pero requiere saber usar el soldador de estaño.
Así las cosas, ¿por qué no sustituir los célebres Ixo y BCF611CK de 3.6 V por un destornillador de pilas? El BCF301C de B&D, por ejemplo, brinda cinco newtons metro con cuatro pilas AA. Las ventajas de ello son obvias (y casi sobra señalarlas):
- no te dejan en la estacada (con la tarea a medio acabar) porque siempre podrás llevar cuantas pilas necesites para cambiarlas llegado el caso
- dejan a la obsolescencia programada con dos palmos de narices
- nada te impide usar unas pilas recargables de baja autodescarga (Panasonic Eneloop, por ejemplo)
- el destornillador sugerido es recto, ilumina la zona de trabajo, tiene modo linterna y, como es evidente, es reversible
En síntesis, el atornillador eléctrico de mano tiene su cometido. En el hogar es útil para múltiples tareas. Desde montar muebles hasta girar tornillos en tacos de pared, sin olvidar el desmontaje de pequeños aparatos y electrodomésticos, el ajuste de bisagras de puertas de armarios cocina, etc. Y si no te quieres ver un buen día haciendo tales tareas con un destornillador de carraca o, peor, con uno sin ella, ¡quizás debas olvidar la batería integrada y optar en su lugar por una variante de pilas!