
Compás divisor y calibre de interiores y exteriores
El compás es mucho más que un instrumento de dibujo. Esta útil herramienta es esencial en carpintería, construcción, fabricación mecánica e incluso bricolaje. Porque el compás sirve para medir, transferir y verificar distancias, y trazar contornos irregulares, además de para dibujar círculos y arcos de circunferencia
Anatomía de un compás de puntas
El compás estándar tiene dos patas. Una de ellas es un aguja; la otra, o bien una mina de lápiz, o bien una segunda punta. Para mayor precisión, los brazos de algunos compases son plegables. La ventaja de ello es que las puntas apuntan en vertical y no en ángulo.
En todo caso, ambos brazos parten de la articulación bajo el mango del compás desde la cual se controla su apertura. Las principales diferencias entre los distintos tipos de compás se deben a esta parte de la herramienta. De modo que vale la pena detenerse en este punto.
De la pata fija del compás de antaño sobresale un ala curva en la que se desliza el brazo móvil. O viceversa, si consideramos móvil el brazo alado, aquel en cuya ranura se introduce el ala será el fijo. Aquí se puede ver un ejemplo.

De una u otra forma, para fijar la apertura, el compás cuenta con un tornillo prisionero que inmoviliza el ala en la ranura. En el compás moderno (Figura 1), la pieza ranurada suele ser el ala curva (2) o cuarto de círculo. Que va remachado a uno de los brazos y es aprisionado por el tornillo de la pata opuesta (3).
Pero nada de lo dicho sirve para la bigotera, un tipo de compás para trazar círculos de radio muy pequeño. En la Figura 2 vemos las partes de este instrumento.

Bajo el mango del compás de precisión, un resorte en C (1) abre los brazos, unidos entre sí por una varilla roscada (2). La tuerca (3) acorta el tornillo y los cierra. Así, al contrarrestar la fuerza de la C elástica, la tuerca fija y regula la apertura de las patas. El de la figura tiene un adaptador de tornillo prisionero para lápices en una de sus patas (4).
Sin embargo, existen compases más sencillos en los que la apertura de las patas se fija con una tuerca de mariposa o se mantiene por simple fricción del eje (o no tanto... ¡pues los brazos a veces se abren en el trazo para hacernos la puñeta!).
Para qué sirve un compás
Mide dos veces, marca una. El compás es una herramienta simple pero práctica que ayuda a llevar a cabo el viejo dicho del carpintero. Entre otras tareas, este instrumento sirve para:
- dibujar círculos y arcos de circunferencia
- comparar y verificar medidas
- transferir medidas de la pieza al dibujo, del material a la regla, etc.
- marcar una serie de intervalos regulares
- medir las diagonales un objeto rectangular para comprobar que todos sus lados están a escuadra en la fase de montaje
- dibujar líneas paralelas
- trazar contornos irregulares
Tipos de compás
Al igual que alicates y martillos, la familia de compases es vasta y comprende herramientas versátiles y otras muy específicas. Como el compás de varas, que se usa para trazar círculos de gran diámetro: ruedas de carretas, fondos de toneles, tapas de pozos... Otros nombres de este útil son compás de barra y compás radial.

Foto de Christopher Trechsler.
El compás multiplicador, en el extremo opuesto, sirve para leer décimas de milímetro. De ahí que también se llame compás decimal. La escala de esta herramienta similar a unas tenazas es un número fijo de veces mayor que la separación de las puntas. Así, una chapa de 0.5 mm desvía 5 mm la aguja indicadora de un compás multiplicador 1:10. ¡Eso facilita la lectura!
Por supuesto, el mecanismo descrito no es sino la aplicación de la ley de la palanca, que herramientas como las cizallas aprovechan para multiplicar la fuerza. El compás de reducción es una variante regulable del decimal. Este, como el escalímetro, se usa para reproducir piezas a escala. Por cierto, el nonio de un calibre pie de rey funciona de manera similar a la de estos útiles.

Por otro lado, ebanistas y carpinteros usan el compás divisor para marcar pasos o intervalos regulares. Compás de puntas es otro nombre de esta herramienta sin par que se diferencia del compás de dibujo por tener agujas en ambas puntas. El muy útil compás divisor también se usa, a modo de punta de trazar, para dibujar arcos y círculos en metal.
¿Y si se ha de medir el ancho de un taladro o el diámetro de una pieza? Se recurre entonces a los calibres para interiores y exteriores (Figura 3).

Cómo usar un compás
Excepto los calibres, todos los compases se usan de manera similar. Por ejemplo, sigue estos pasos para trazar un círculo:
- Usa una regla para regular la apertura de las patas según el radio de la circunferencia.
- Sujeta el compás por el mango y sitúa la aguja en el centro del (futuro) círculo.
- Rota el brazo del lápiz alrededor del centro para trazar el arco o la circunferencia.
- Para marcar metal, usa un compás divisor. Puedes grabar el centro con un granete para que no se mueva durante el trazo y pintar la pieza con azul de prusia para facilitar el marcado.

¿Qué compás comprar?
Si después de lo visto sobre el compás lo vas a llevar en tu caja de herramientas, he aquí algunas recomendaciones de compra:
- La apertura máxima, la precisión de la articulación y el tipo de puntas son los tres aspectos más importantes que considerar al comprar un compás divisor, de dibujo o calibres para interiores y exteriores.
- Son importantes también los materiales y el acabado de la herramienta.
- Las marcas KS Tools y Cofán ofrecen buena relación calidad/precio. Si se busca la máxima precisión, hay que optar por compases Starrett o Mitutoyo.
Compás de puntas
Calibres para interiores y exteriores
Compás de dibujo
Compás de varas y puntas trammel
Mención especial merece el compás de varas. Existen tres tipos de compás radial. La opción más barata es comprar las piezas deslizantes sueltas (puntas trammel). Algunas parejas de piezas se pinzan por tornillo prisionero en un listón de madera; otras, en reglas de metal.

Menos asequible es el compás radial que incluye la barra, a menudo de acero. Y la variante más precisa es el compás de precisión, con nonio en la corredera que permite leer décimas de milímetros.
Mantenimiento y cuidados de la herramienta
Limpiar las marcas de dedos y —más importante— secar los restos de humedad del compás son vitales para que la corrosión no dañe la herramienta. Se aceitarán periodicamente los puntos móviles: ejes, roscas, etc. Y es aconsejable aplicar una película de aceite en las patas si no se va a usar el compás en un largo periodo.
Por otra parte, es conveniente conservar la caja o la funda del compás porque protege el instrumento a la hora de guardarlo en una caja de herramientas. Este utensilio debe tratarse con cuidado, ya que los tornillos se pueden doblar; las patas, desalinear, etc. Además, por seguridad, las puntas afiladas deben cubrirse con corcho, plástico, etc.
Para acabar, el uso desgasta las agujas del divisor. De manera que habrá que afilarlas llegado el caso. Para ello se separan las patas y se desbastan las puntas con una piedra de mano aceitada. Hay que seguir un patrón circular para comer el acero de forma homogénea.
Conclusiones
El compás es una herramienta usada para marcar el espacio entre dos puntos: arcos y circunferencias, líneas paralelas, contornos irregulares... En carpintería se usan calibres de interiores y exteriores para comprobar el diámetro de ejes, árboles, tuberías y, en general, piezas de sección redonda.
Asimismo, existen compases específicos para fabricación mecánica. Por ejemplo, el calibrador dental o de joyero permite medir el espesor de chapas. Mientras que el compás de transferencia cuenta con una lengüeta para bloquear la pata en una posición y facilita la medición de biseles y chaflanes.
Cambiando de tema, el medidor de contornos es una valiosa herramienta. Ahora bien: no sirve para trazar siluetas de piezas irregulares en rincones. Para este menester puede usarse el compás (Figura 4). Solo hay que abrirlo y deslizarlo en horizontal sobre el objeto cuyo contorno se quiere copiar.

Por supuesto, si no se requiere precisión siempre cabe usar una cuerda como compás.