Breve historia del torno de carpintero
Perforar con una sola mano se considera uno de los grandes logros del desarrollo tecnológico del taladro eléctrico. De igual modo, nuestros antepasados hubieron de pergeñar muchos ingenios hasta dar con una máquina que pudiese rotar la pieza dejando a la vez una mano libre para manipular la herramienta.
En este artículo exploramos de forma breve la invención del torno para madera.
Introducción. De la invención del torno y el proceso de torneado
La palabra torno viene del latín tornus y esta del griego tórnos, término que significa 'giro'. Sin giro —ya sea de la pieza o de la herramienta— el proceso de torneado no existe como tal y no sería sino talla.
¿Cuándo se inventó el torno de carpintero?
El torno de carpintero no es una máquina-herramienta reciente. Milenios atrás, el hombre experimenta un notable deseo por dominar el torneado de la madera, primero, y más tarde del metal, lo que le lleva a inventar el torno.
Sobra decirlo, el primer torno para madera aparece mucho antes que el motor eléctrico. Por medio de diversos ingenios mecánicos los músculos aportaban el movimiento de la pieza en los tornos primitivos.
La dificultad del torneado
Pero, dado que dos manos no bastan para girar la pieza y a la vez quitar la madera sobrante con la herramienta de corte, lo primero que se le pasa por la cabeza al artesano es ir en busca de un ayudante. Más tarde, recurrirá a partes de su propio cuerpo, como los pies y las rodillas.
De una u otra forma, los antiguos tornos mecánicos para madera que vemos a continuación constituyen los precursores del actual torno de carpintero.
Tornos antiguos de carpintería
El torno de carpintero actual es de revolución; es decir, su movimiento es continuo. Sin embargo, la historia del torneado comienza con otro tipo de torno: el de movimiento alternativo.
En dicha máquina herramienta (si así puede llamarse), la pieza no gira siempre en el mismo sentido, antes bien: alterna su movimiento. Primero gira en un sentido, luego en el opuesto. Pues bien, el torno de movimiento alternativo más remoto del que tenemos constancia es el torno de Petosiris.
El torno de Petosiris
Ciertos historiadores sugieren que las primeras máquinas para tornear se inventaron en torno al año 1000 a. e. c. En todo caso, la imagen más antigua conservada de un artefacto para tornear es la hallada en Egipto en las paredes de la tumba de Petosiris. Data del siglo iii a. e. c.
La representación, tallada en bajorrelieve, muestra una barra vertical clavada en el suelo que sirve como estructura. No queda claro si existe una segunda columna (tapada por el ayudante). Sea como fuere, del pilar nacen dos barras trasversales entre las que se aprecia la pieza, sujeta en una suerte de primitivos punto y contrapunto.
Para ajustar la distancia de los soportes, según parece, se modificaba la altura de las horquillas sobre las que se sustentaban las barras horizontales. De esta manera, habría sido posible tornear piezas de distintos largos.
El movimiento de giro en el torno de Petosiris lo aportaba el ayudante. Tiraba para ello alternativamente de los cabos de una cuerda enrollada sobre la pieza. Por tanto, el corte solo tenía efecto cuando la pieza giraba contra el filo del formón.
Hacia 1250, torno de pedal y pértiga flexible
En el s. xiii se desarrolla el torno de pedal y pértiga flexible, llamado en inglés spring-pole lathe. Para mover la pieza de madera —de forma recíproca— esta máquina aprovecha la elasticidad de una pértiga y un pedal oscilante.
La primera representación del torno de pedal y pértiga flexible aparece en la Biblia de San Luis. En ella se ve a un artesano torneando un cuenco. En la ilustración se aprecia la tensión de la pértiga, conectada con cuerda a la pieza de madera. La cuerda aparece enrollada alrededor de la pieza y sale por la parte inferior de esta para unirse con el pedal oscilante.
En cada pisada del tornero, el pedal tira de la cuerda y hace rotar la pieza en un sentido. Acto seguido, la pértiga en tensión reposiciona el pedal tirando del otro extremo de la soga. De resultas, el sentido de las revoluciones se invierte. Es decir, la madera gira ahora en sentido opuesto y, por tanto, el artesano ha de voltear la herramienta de corte. Otra opción consiste en tornear solo durante la carrera descendente del pedal.
El torno de pértiga flexible era fácil de construir y ligero. Se podía trasladar y eso permitía al artesano llevarlo consigo allá donde la materia prima se encontrase. Pero no todo eran ventajas: giraba lento, el tamaño y el peso de la pieza torneada eran limitados, y precisaba una estructura alta, ya que el tornero debía permanecer de pie bajo ella. Pese a ello, se mantuvo como uno de los tornos más populares entre fabricantes de sillas, quienes lo siguieron usando hasta el siglo xix1.
Torno árabe
El torno árabe consta de dos soportes en los que se sujeta la madera. Estos consisten, por así decirlo, en unos primitivos punto y contrapunto. Dicho torno de carpintero requiere, además, una pieza independiente: el arco de violín.
El arco de violín, similar al usado para tocar el instrumento musical (y también parecido al arma de lanzar flechas) posee una cuerda que se enrolla alrededor de la pieza de madera que se ha de tornear. El movimiento giratorio de la madera se logra al mover el arco hacia delante y hacia atrás con rápidez.
El torno árabe de carpintero es uno de los más difíciles de usar, por cuanto requiere usar los pies y las manos. Es más, se ha de trabajar en perfecta armonía. En este vídeo puedes ver a un artesano de Marruecos torneando piezas de ajedrez en el torno árabe:
Torno de ballesta
Vamos ahora con otro torno antiguo: el de ballesta. En esta máquina el movimiento de giro resulta de la flexión de una ballesta; es decir, un conjunto de pletinas de distinto largo apiladas unas encima de otras en orden decreciente, las más largas dispuestas en la parte superior.
El principio de funcionamiento de este torno de carpintero se basa en una cuerda resistente que se ata a la ballesta por uno de los extremos. La cuerda baja desde la ballesta (situada en lo alto del torno) y se enrolla alrededor de la pieza de madera, sujeta por el punto del torno en el cabezal. La cuerda rodea a la pieza y el chicote restante (cabo suelto de la cuerda) baja hasta el pedal del torno, que también se ata.
¿Cómo funciona este torno de carpintero? Cuando se pisa el pedal, la cuerda se enrolla un poco más sobre la madera. De resultas, el otro cabo se acorta y tira de la ballesta, que se tensa. Al tiempo que esto ocurre, la pieza de madera gira en un sentido.
Cuando el pedal se suelta, la ballesta recupera su forma y tira de la cuerda. La pieza gira de nuevo, pero esta vez en sentido opuesto. Como es evidente, el pedal recupera ahora su posición y sube al punto inicial. El torno queda así listo para repetir de nuevo el proceso.
Con el torno de ballesta ponemos el punto final a este artículo. Pero no sin antes dejarte un vídeo en el que podrás ver cómo funciona un antiguo torno de ballesta del siglo XVI:
Referencias