El tiralíneas ya se usaba en el Antiguo Egipto
Cuenta la Enciclopedia Británica en este artículo que ya en el antiguo Egipto se utilizaba el tiralíneas. Según parece, lo que hoy llamamos «tirar una línea» —es decir, la técnica que se usa en construcción y bricolaje para marcar líneas rectas en suelos, techos y paredes— no es precisamente un invento reciente.
Historia de la bota de marcar o tiralíneas
Los arqueológos no han encontrado botas de marcar en la caja de herramientas de la prehistoria, pero sí las han hallado en el Egipto antiguo. La caja de herramientas egipcia, no obstante, distaba mucho de la caja cantiléver que hoy llenamos de destornilladores, alicates y martillos.
En 2018 Egipto resolvió el enigma de las presuntas cámaras ocultas en la tumba del faraón Tutankamón. Se especulaba con qué podría estar oculto detrás de las paredes, que, por cierto, no eran de pladur, a pesar de que el cartón-yeso hubiese dado buen resultado en el clima seco desierto. ¡Se dijo de todo! Incluso que tras ellas podría estar escondida la tumba de Nefertiti...
Equipados con un radar de alta precisión, técnicos de una universidad de Turín exploraron tras la roca y... ¡la decepción total! No había nada. Se buscaron dinteles y jambas, elementos arquitectónicos que serían indicios de posibles cámaras funerarias... Pero no. Detrás de los frescos, solo el vacío.
Pero sí sabemos que, para tirar una línea, los egipcios usaban una cuerda tirante impregnada con tiza que tensaban entre dos puntos. Al tirar del centro, tal y como hoy se hace, la cuerda imprimía una línea recta en la superficie.
Señala también la enciclopedia que, 5000 años más tarde, el único cambio notable de la bota de marcar es que la usada por los de la escritura jeroglífica contenía ocre amarillo, mientras que el manitas actual reproduce la técnica de los albañiles griegos. Quienes rellenaban sus tiralíneas con tiza roja blanca, aparte de ocre húmedo.
Uso de la pasta de índigo (añil o azulete) para impregnar la cuerda del tiralíneas
Se ha de puntualizar que hoy —al menos en España— el interior de la bota de marcar se rellena con otro tipo de polvos. Hablamos del colorante índigo, añil, azulete o azulillo. La evidencia más antigua del uso de índigo data del Perú (4000 AEC).
Sin embargo, la pasta colorante de índigo también se usaba en el antiguo Egipto. Entonces la extraían de las plantas Indigofera (1580 AEC). Sin embargo, no la utilizaban para tirar una línea, como ya se ha dicho, sino ¡para vendar momias!
Hoy, además del natural, se utiliza índigo artificial o sintético para impregnar la cuerda de marcar. El químico alemán Adolf von Baeyer lo sintetizó en 1880. Ello le sirvió para ganar el premio Nobel en 1905. El pigmento entonces se llamaba azul de Prusia.