Grasa lubricante para la mecánica de herramientas y vehículos
Partes mecánicas de maquinaria, vehículos y herramientas deben lubricarse para prevenir su desgaste prematuro. Si los engranajes van dentro de una carcasa estanca (por ejemplo, una caja de cambios), esta se rellena con aceite. Las ruedas dentadas quedan así bañadas por el lubricante.
Si el procedimiento descrito es inviable, las superficies susceptibles de sufrir desgaste se engrasan con grasa lubricante.
Ejemplos de engrase mediante grasa consistente
El taladro de batería constituye un ejemplo del uso de grasa lubricante. Para aumentar el par motor de la herramienta eléctrica se recurre a engranajes planeatorios y no cabe usar aceite, ya que la corona dentada y los piñones del mecanismo reductor no se alojan en un cárter. Lo mismo sucede con la transmisión del taladro eléctrico.
Hallamos otro ejemplo en la caja de engrase del rotomartillo. Se aplica grasa consistente en su interior para engrasar el cojinete de la biela.
¿Cómo se fabrica la grasa lubricante?
Como base para fabricar una grasa lubricante se emplea un aceite mineral o sintético. Este aceite se expande, o se hincha, con la ayuda de un espesante, que puede ser jabonoso o no jabonoso.
Como espesantes no jabonosos se emplean sustancias inorgánicas u orgánicas sintéticas. Ejemplos: poliurea, arcillas, plástico de teflón (PTFE).
Los jabones de litio, calcio o sodio (es decir, los espesantes de base jabonosa metálica) se elaboran con sustancias como el hidróxido de litio, sódico o cálcico, respectivamente. También se puede utilizar un elemento alcalino combinado con un ácido (jabón mixto).
El propósito del jabón es aportar consistencia a la mezcla. Aunque la función principal del jabón es evitar que el aceite fluya (esto es, prevenir que se desprenda de la superficie engrasada), también ayuda a lubricar.
Además de aceite y espesante, la grasa lubricante suele contener aditivos. Cabe preguntarse, entonces, cuál es la función de tales aditivos.
¿Por qué se añaden aditivos a las grasas lubricantes?
Los aditivos se añaden en pequeñas cantidades a las grasas lubricantes para mejorar su resistencia a la temperatura y al agua. También aportan al producto propiedades anticorrosión, antioxidación y antidesgaste.
Las grasas lubricantes se fabrican en distinta consistencia según estas variables:
- tipo de engranajes de la herramienta eléctrica o maquinaria mecánica
- carga y velocidad de trabajo
- temperatura y humedad
- contaminantes atmosféricos (partículas solidas)
- tiempo que ha de transcurrir hasta renovar la grasa lubricante
Un valor técnico, vital en una grasa lubricante, es el punto de gota. La viscosidad de la grasa disminuye con el aumento de temperatura, es decir, se vuelve más fluida. El punto de gota señala a qué temperatura se desprende la primera gota de líquido. Así, una grasa lubricante con punto de goteo de 230 ºC soporta mejor el calor que una cuyo punto de goteo es de 140 ºC.
Para acabar, la grasa de litio con aditivo de bisulfuro de molibdeno se suele emplear, por su bajo coste, para proteger rodamientos, engranajes, bujes y cojinetes de herramientas eléctricas. También se utiliza en los frenos eléctricos de vehículos (camiones, autobuses) y en maquinaria pesada (excavadoras, martillos hidráulicos para obra pública).