De tornillos y fuerza bruta. Varias ideas para desmontar una unión atornillada bloqueada por el óxido
Según el diccionario bruto significa 'violento, rudo, carente de miramiento y civilidad'. Fuerza bruta, por tanto, no quiere decir 'mucha fuerza', sino 'esfuerzo irracional, tosco' o, en definitiva, 'fuerza necia'.
Sin ánimo de hacerte pasar bajo las horcas caudinas, sugiero que te olvides por el momento de la palanca. ¿No crees que hay una mejor forma de aflojar ese condenado tornillo?
El riesgo de prolongar el mango de la herramienta...
Sí, como es evidente, una barra hueca multiplica la fuerza de la llave inglesa según el principio de la palanca. Ahora bien, ¿tienes todas contigo? ¿Y si no aguanta el tornillo? Piensa que tu intención es sacarlo, algo bien distinto a decapitarlo. Así pues, con el objeto de no echar a rodar su cabeza, veamos cómo aflojar un tornillo bloqueado sin usar fuerza bruta.
Más vale mañana que fuerza
Para empezar, ¿por qué no das en su cabeza unos martillazos certeros? A veces algo tan simple basta para mermar el agarre de un tornillo soldado. Eso sobre todo funciona cuando la corrosión ha hecho bien su trabajo. Y es que, a pesar de que el óxido de hierro es muy eficaz a la hora de agarrotar tornillos, se trata de un compuesto frágil, vulnerable a los golpes.
¡Pero detente, imprudente! ¡No vayas tan rápido a por el martillo de bola! No des ni un solo golpe directo si la rosca está a la vista. Pongamos por caso que lo que tienes ante ti es una tuerca de la cual sobresale el cuerpo del tornillo. Basta un martillazo fuera de lugar para desgraciar los filetes de rosca. En este caso lo apropiado es golpear la tuerca con algún útil (por ejemplo, un cortafríos o un destornillador viejos).
Alternativas a la fuerza bruta
Pero, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ¿y si cambias el martillo de mecánico por un rompetuercas? Si tienes una tuerca de repuesto, romperla es una forma sencilla de ventilar el asunto sin tirar de fuerza bruta (y sin dañar la rosca del tornillo).
De vuelta al caso que nos ocupa, existen muchos tipos de fuerza bruta. En criptografía, el ataque de fuerza bruta es un modo de recuperar una contraseña perdida. En rigor debería llamarse ataque de paciencia bruta, pues consiste en probar una por una todas las claves posibles hasta dar con la que abre el candado.
Pues bien, justo eso es lo que has de hacer para quitar un tornillo bloqueado. Probar todas las técnicas posibles antes de pasar a la fuerza bruta. Por aquí te dejo algunas ideas:
Artículo recomendado: Cómo quitar tuercas o tornillos bloqueados sin romperlos.
El destorgolpe
En el artículo sugerido te explico tres técnicas eficaces. Primera: lubricar la unión. Segunda: congelarla. Tercera: calentarla. Sin embargo, en esta guía, y ya por ir acabando, te hablaré en su lugar de otra herramienta: el destornillador de golpes o destorgolpe.
¿Cómo funciona el destorgolpe? Un extremo del utensilio se coloca como si fuese un destornillador (tornillo de ranura interna) o una llave de vaso (tuerca o tornillo de cabeza hexagonal); el otro, resistente a los golpes, se golpea con el martillo.
Con cada impacto, la mecánica de la herramienta hace girar el cabezal. ¿Alguna vez le has dado un martillazo al mango de una llave inglesa a fin de aplicar más fuerza? ¡Pues lo mismo! Además, como ya te comenté antes, el óxido no hace buenas migas con los golpes...
La llave de impacto
Dicen que el que la sigue la consigue. En todo caso, lo lineal siempre tiene sus límites. Si el tornillo del coche está lo bastante fuerte, el alargo de la llave ya puede ser todo lo largo que quieras: antes se levanta el vehículo del suelo que aflojarse el tornillo. Por eso son útiles las herramientas de rotación: porque aplican la fuerza desde el centro. Pues he aquí la llave de impacto, variante eléctrica (puede ser neumática) del destorgolpe.
Ya se echa de ver cuál es la ventaja de la herramienta, así que no hay necesidad de entrar en detalle. Esta de batería desarrolla hasta 700 N·m de par motor. Aquí te explico qué es un newton metro en caso de que no lo sepas. Si la llave de impacto no obra el milagro, ¡calentar o congelar la unión va a ser casi inevitable!
La fuerza bruta, último recurso
Por supuesto, a falta de las herramientas citadas, y una vez agotados los recursos, lo de la sacudida brusca no es tan mala idea. Si el mango no es lo bastante grande (siempre preferible), prolóngalo con una barra hueca de acero. El tirón repentino y el aumento de fuerza a menudo acaban con las tonterías.
¡Pero ojo con los nudillos! Ponte antes que nada unos buenos guantes de protección mecánica (si es posible resistentes al impacto). ¡Y hasta aquí el briconsejo de hoy!