Compás divisor y calibres de interiores y exteriores
Piensa en un compás: te vendrá a la mente el instrumento de dibujo usado para trazar círculos. Pero hay muchos tipos de compás. Entre ellos el compás divisor destaca por ser una herramienta esencial en carpintería, construcción, fabricación mecánica y bricolaje.
Muy similares al compás divisor, aunque con distinta función, son los calibres para interiores y exteriores. De unos y otros hablamos en esta entrada.
Anatomía del compás divisor
Todo compás tiene dos patas. En una de ellas, una aguja; en la otra, una mina de lápiz, o bien una segunda punta si se trata de un compás divisor, también llamado por ello compás de puntas.
No se trata aquí el compás de precisión con brazos plegables. Pero sí conviene señalar su mayor ventaja, a saber: sus puntas no se disponen en ángulo, sino en vertical, con ánimo de facilitar el trazado.
En todo caso, los brazos del compás nacen en la articulación del mango, desde la cual se controla su apertura. Las diferencias principales entre los tipos de compás se encuentran, justamente, en esta parte de la herramienta. ¡Así que hagamos una pausa!
Las partes de la herramienta
El compás divisor moderno (Figura 1) presenta una pieza ranurada, en concreto, un ala curva (2) o cuarto de círculo remachada a un brazo (4). Dicha ala es aprisionada por el tornillo de la pata opuesta (3):
En otro tipo de compás divisor, un tornillo prisionero inmoviliza el ala en una ranura de la pata para fijar su apertura. Por ejemplo, del primitivo compás de ala (un compás muy usado antaño en ebanistería) sobresale un ala curva en la que se desliza el brazo móvil.
O viceversa. Si optas por considerar móvil el brazo alado, el fijo es aquel en cuya ranura se introduce el ala. ¡Pero vale más un ejemplo que mil palabras! Observa cómo, en la pata opuesta al lápiz, un resorte de lámina y una tuerca posibilitan el ajuste fino de la distancia entre patas; ala y palomilla sirven, pues, para aproximar rápido los brazos.
Usos del compás divisor
El compás divisor se usa para transferir distancias repetitivas a la pieza de madera. Lo puedes emplear, por ejemplo, para marcar la posición de las guías de cajones de un mueble, la separación entre baldas de una estantería, etc.
Asimismo, puedes usar un compás divisor para marcar metal. Si no quieres que se mueva durante el trazo, graba el centro con un granete. De forma opcional, pinta la pieza con azul de prusia para facilitar el marcado.
Por su parte, los calibres para interiores y exteriores te permiten tomar, respectivamente, las medidas internas y externas de un objeto para reproducirlo. Son esenciales, en definitiva, para tornear madera y metal.
¿Qué compás comprar?
Después de lo visto, ¿vale la pena llevar en tu caja de herramientas un compás divisor? Si así lo crees, he aquí algunas recomendaciones de compra:
- La apertura máxima, la precisión de la articulación y el tipo de puntas son los tres aspectos más importantes que debes considerar al comprar un compás divisor. Esto también se aplica, por cierto, al compás de dibujo y a los calibres para interiores y exteriores.
- Valora igualmente los materiales, el acabado de la herramienta, el tipo de agarre, etc.
- Las marcas KS Tools y Cofán ofrecen buena relación calidad/precio. Si buscas mayor precisión, considera comprar un compás Starrett o Mitutoyo. Son instrumentos caros, pero muy fiables y eficaces.
Compás de puntas
Calibres para interiores y exteriores
Compás de dibujo
Compás de varas y puntas trammel
Mención especial merece el compás de varas. Existen tres tipos de compás radial. La opción más barata es comprar las piezas deslizantes sueltas, conocidas con el nombre de puntas trammel. Algunas parejas de piezas se pinzan por tornillo prisionero en un listón de madera; otras, en reglas de metal.
Menos asequible es el compás radial que ya incluye la barra, que suele ser de acero, por cierto. La variante más precisa es el compás de precisión, con nonio en la corredera para leer décimas de milímetros.
Mantenimiento y cuidado de la herramienta
Limpiar las marcas de dedos y, antes que nada, secar los restos de humedad son vitales para evitar que la corrosión dañe el compás divisor. Engrasa de vez en cuando los puntos móviles del instrumento: ejes, roscas, etc. Y otro consejo: aplica una película de aceite en las patas si no vas a usar el compás en un largo periodo.
Por otra parte, es conveniente que conserves la caja, funda, estuche, etc., del compás, ya que lo protege a la hora de guardarlo en la caja de herramientas. Este utensilio ha de tratarse con sumo cuidado, ya que se pueden doblar los tornillos; desalinear las patas, etc. Además cubre por seguridad las puntas con corcho o plástico, pues están muy afiladas.
Para acabar, el uso desgasta las agujas del divisor. De modo que deberás afilarlas llegado el caso. Para ello, separa las patas y desbasta las puntas con una piedra de mano aceitada. Sigue un patrón circular: de esta forma comerás el acero de forma homogénea.