Sobre usar el taladro para batir líquido y pasta

Entre los mil y un usos del taladro se cuentan batir pintura y mezclar argamasa. Hablamos de preparar productos que no se presentan listos para usar en la obra, sino en polvo (por lo general en saco) al que se debe añadir agua: mortero, cemento cola, yeso, plaste, pasta niveladora, etc. Para ello hace falta un accesorio mezclador.

¿Pero es buena idea usar el taladro para batir líquido y pasta? En este artículo te doy mi opinión sobre el asunto y te señalo algunos de los inconvenientes.

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Taladro versus batidor

Hay que decir, para empezar, que existe una herramienta hecha a posta para mezclar pinturas y material de obra: el mezclador de mortero. Se trata de una máquina similar al taladro, pero específica para la tarea de mezclar argamasa.

Pues bien, el mezclador de mortero resulta más cómodo y manejable, pues cuenta con sendos mangos en los laterales, lo que permite la sujeción con ambas manos. Además, al ser más largo, no obliga a adoptar una postura corporal forzada. Es decir, no obliga a agacharse tanto.

La potencia limita el diámetro de la varilla

En segundo lugar, si vas a usar un taladro como batidor, es capital que consideres su potencia.

Si pones una varilla mezcladora de gran diámetro y mezclas materiales poco fluidos, pongamos mortero de cemento en consistencia dura, la potencia del taladro debe ser directamente proporcional al diámetro del accesorio. En otras palabras, no compres una varilla muy ancha si tu taladro es poco potente.

El riesgo de dañar el motor por sobrecalentamiento

Se usan dos tipos de motor eléctrico en taladros de mano. Por un lado, el motor de corriente continua, por el otro, el motor monofásico universal, que no es sino una variante del primero.

¿Cómo responde el motor cuando aumenta la carga del mandril debido a la consistencia de la argamasa? A medida que el portabrocas se frena, la corriente eléctrica del rotor aumenta hasta encontrar un punto de equilibrio entre el par motor y la velocidad.¹

Ahora el motor produce mucha más potencia, pero también consume más electricidad y, de resultas, genera más calor debido al efecto Joule.² Si se incremente aún más la carga, también aumenta la temperatura en los devanados del motor. En otras palabras, el rendimiento del motor se reduce, ya que una parte de la energía de entrada se convierte en calor; a la vez se corre un mayor riesgo de dañar el motor por sobrecalentamiento.¹

Por tanto, si el motor eléctrico del taladro o su caja mecánica no fueron diseñados para rotar a baja velocidad con alto torque (como es el caso en buena parte de los taladros), el circuito eléctrico tenderá a sobrecalentarse. Así pues, deja descansar la máquina siempre que haga falta. Esto es crucial a fin de evitar la avería del taladro por daños en el aislamiento del cobre.

Conclusión

En suma, la varilla mezcladora es un útil accesorio para el taladro que te facilita batir pintura y mezclar productos cementosos fluidos, como la pasta autonivelante usada para corregir las irregularidades del sustrato al instalar suelos laminados o cerámicos. Tiene dos ventajas. Una: su bajo coste. Otra: que confiere versatilidad al taladro sin apenas ocupar espacio.

Por otra parte, considera comprar un batidor de mortero con regulador electrónico de velocidad si tu intención es mezclar argamasa muy consistente, ya que ofrece un par de apriete elevado a bajas revoluciones. Como beneficio añadido, eso facilita el batido y previene que entre aire en la mezcla (burbujas ocluidas).